Hoy es uno de esos días. Ya lo sabía cuándo me desperté esta mañana y debería haber hecho algo, lo sé. Pero no lo hice.
Lo vi venir lento, inexorable. Cada movimiento hacerse pesado, incluso cepillarme los dientes era como escalar una montaña. La luz demasiado brillante, demasiado ruidosa. Sabía que sucedería, y no hice nada para detenerlo. Podría haberme quedado en casa tocando el piano, por lo general funciona. O volver a la cama y poner la música adecuada. Pero no, decidí ir a trabajar.
Ahora me siento terriblemente vacío. No tengo un piano ni un clavecín para tocar, ningún lugar para esconderme y desconectarme durante un tiempo. Ojalá hubiera hecho algo antes … Y lo peor es que sé por qué no lo hice: porque a veces solo quiero sentirme normal. Es estúpido, está bien, pero ¿qué puedo hacer? Vivir con esta cosa, no poder filtrar los estímulos, el estrés … incluso la cosa más pequeña a veces son demasiado fuertes.
Todos pueden tener un día de mierda, pero cuando un día malo significa que te han arrancado de tu vida diaria, cuando un día malo es una explosión de lágrimas y dolor, soledad y fatiga, es difícil no querer ser normal. Estoy escribiendo una letra por minuto, los pensamientos se vuelven más lentos, las palabras se disuelven en mi mente y me encuentro mirando la pantalla del ordenador durante una eternidad.
Quiero escribir ahora, mientras me voy deslizando dentro de mí. Siento que necesito intentarlo. Si tan solo hubiera hecho algo antes…
Es gracioso porque sé que no soy como los demás, y cuando estoy bien, me encanta ser así. Tengo habilidades especiales, pero solo funcionan si estoy bien, cuando mis sentidos no están sobrecargados, cuando el estrés está bajo control. Más fácil decirlo que hacerlo. Debería vivir en una burbuja, un sueño, un lugar donde no tengo obligaciones, plazos ni facturas que pagar. Un mundo en el que mis sentidos no son bombardeados, en el que las personas entienden estos malditos momentos. Porque cuando llegan días como este, no puedo hacer nada. Solo puedo esperar a que pase.
Me siento como un niño. Solo quería sentirme normal, ir a trabajar en un mal día, ser fuerte, hacer mis cosas y luego volver a casa y descansar. Y ahora estoy atrapado aquí, agarrándome al último residuo de fuerza, lamentando haber sido tan estúpido esta mañana.
Así es como uno se siente. Eso es el asperger, autismo, llámalo como quieras. Si estoy bien y trabajo duro puedo parecer normal, pero no lo soy, es un gran esfuerzo, todo un engaño. Solo tengo que aceptar el hecho de que mi cerebro funciona de manera diferente; tengo que tener cuidado, revisar mis sentidos, el tanque del estrés. Debo tener cuidado y no hacer demasiado, porque de lo contrario me siento cansado y puedo tener un mal día. Un día como este. Uno de esos días en que el mundo en algún momento se desvanece, y me encierro dentro: encerrado dentro de mi, incapaz de hablar, moverme, pensar.
Me tengo que ir ahora, me estoy acercando. Cada palabra me cuesta demasiado.
Solo quería sentirme normal.