Cuando dejé el piso donde me crié para ir a vivir solo, en el yeso del techo de mi habitación todavía había un bonito agujero que se remontaba a años atrás. El hecho es que en el piso de arriba vivía una anciana completamente sorda que tenía el terrible defecto de caminar. Por qué tenía que caminar tanto, nunca lo entendí, pero el problema era que sus pasos me ponían muy agitado, cosa que sistemáticamente resultaba en gritos, crisis de …